MQ Podología

CALZADO EN PIE DIABÉTICO

 

 

 

LA IMPORTANCIA DEL CALZADO EN EL PIE DIABÉTICO

 

 

El 80% de las complicaciones que afectan al pie del paciente diabético están causada por el uso de un calzado inadecuado. En un estudio realizado por Edmond en 1986, se llegó a la conclusión de que las úlceras, reaparecían en un 83% de los pacientes curados que después no utilizaron un calzado adecuado. El calzado debe cumplir funciones de estabilidad, transpiración, sujeción del pie y aislamiento térmico, así mismo deberá ser ligero. También es un elemento preventivo indispensable en pacientes con neuropatía y/o vasculopatía, que debe reunir unas características especiales respecto al calzado convencional para disminuir el riesgo de lesiones, y evitar su evolución hacia la formación de úlceras. Si existen edemas, es aconsejable adquirir el calzado a última hora de la tarde, porque es cuando el volumen del pie es máximo.


  • De piel natural con superficies interiores lisas, sin costuras para evitar lesiones y contrafuerte semirrígido para asegurar la estabilización del talón y la amortiguación.

  • Que no oprima, pero tampoco que tiene este estar desajustado.

  • Pala (antepié): amplia y alta para permir la movilidad de los dedos. En estos casos, el material más adecuado es la licra, puesto que presenta una alta distensibilidad y facilidad para acomodar estructuras y deformidades durante la marcha.

  • Ancho: de 14 a 16 cm para un buen viaje de la morfología del antepie. El ancho de 16 es el más adecuado y es de fabricación en serie.

  • Puntera: ligeramente elevada (balancín plantar), evitando en todos los casos que sean totalmente rectas y mantenga un contacto con el suelo hasta la punta. Con esta característica, se facilita el movimiento de despegue y se reduce la posibilidad de caídas si existe déficit visual o estabilidad.

  • Tacón: de 2-3 cm de altura, con buena superficie de apoyo para evitar la inestabilidad y desplazamiento del centro de gravedad del talón.

  • Suela: con velcro o bien acordonado. Los dos sistemas permiten una adaptación del calzado al cambio de volumen del pie durante el transcurso del día debido al edema.

  • Plantillas: si las utiliza o debe utilizarlas, el calzado ha de tener una capacidad interna suficiente para albergarlas sin riesgo de compresión del pie. Es recomendable que el calzado contenga una plantilla interna de serie para poderla sustituir por el soporte plantar.


 


 
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